Pstr- Miguel Albert
“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;”
Efesios 4:13 RVR1960
En estos tiempos es normal que siempre andemos apurados, sin mirar a los lados, atropellando a los demás sin ser conscientes el estatus del otro. Como decían por ahí “esta es la generación de los express, todo es de ya para ya”. No es muy común la Paciencia.
¿Qué es La Paciencia?

Definición: Capacidad de sufrir y tolerar desgracias y adversidades o cosas molestas u ofensivas, con fortaleza, sin quejarse ni rebelarse.
Paciencia viene del latín “Pati” que significa “sufrir”.
Paciencia en griego “Jupomoné” que significa resistencia o aguante alegre (esperanzado).
Esto quiere decir que ser paciente es estar alegre, sin quejarse en medio de cualquier dificultad.
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;
Romanos 5:3
La Paciencia produce prueba, si yo pido Paciencia pido prueba… Pero no temamos al pedir pruebas, en griego “prueba” es “aprobado” o recibir aprobación. No es que la paciencia me va a producir una prueba, sino que en medio de la prueba demostraré paciencia y mi carácter será probado y aprobado delante del señor.
Cambiemos la perspectiva, pidamos paciencia, la necesitamos en nuestras vidas. La paciencia es un fruto del espíritu y tenemos que tenerla para poder alcanzar la estatura del varón perfecto.
En el mundo tendréis aflicciones, pero en Jesús tendremos paciencia.
Paciencia no es Pasividad
Yo no me voy a sentar y no voy a hacer absolutamente nada, no. Voy a esperar en el tiempo de Dios para actuar. Porque debo actuar. No es que no me voy a quedar en mi cama sentado esperando porque yo tengo paciencia.
Paciencia no es Pereza
Tampoco es que no voy a hacer nada. Voy a quedarme todo el día en la cama porque Dios provee… No voy hacer nada, que Dios haga todo.
Paciencia no es Resignación
Ah bueno, es que no voy a hacer nada porque no tengo incidencia en el Gobierno, no tengo dinero, el País cada vez tiene menos oportunidades… Etc. Es nuestro deber tener paciencia para aportar a la vida.
La Paciencia no tiene nada que ver con el el tiempo

En nosotros debe haber paciencia para afrontar la vida, la paciencia no tiene nada que ver con el tiempo sino con la forma cómo afrontamos la situación. La ley de 90/10: el 90% representa como actuamos y el 10% es la situación en la que estamos.
La paciencia es un fruto del espíritu, es un comportamiento y una conducta que se pone en práctica en la vida diaria, es la capacidad que tiene para agradecer la misericordia de Dios. La paciencia pone en evidencia la capacidad que tiene una persona para aguardar sin perturbarse, sin dar cabida a la ansiedad y al nerviosismo; la capacidad de tolerar una determinada circunstancia sin perder la calma, sin alterarse.
Consecuencias de una vida sin Paciencia
Si vivimos sin paciencia damos cabida a la ansiedad. La ansiedad acelera el envejecimiento. Perder la calma, alterarse, vivir en ansiedad es un comportamiento letal.
La ansiedad provoca:
- hipertensión
- Problemas para dormir (insomnio)
- Problemas digestivos o intestinales.
- Dolor de cabeza y dolor crónico.
- Aislamiento social.
- Problemas en la escuela o el trabajo.
- Mala calidad de vida.
No es lo que quiere el padre para nosotros, dañamos nuestro cuerpo y déjeme decirle algo: su cuerpo no le pertenece ese cuerpo es la morada del Espíritu Santo de Dios, ese cuerpo merece cuidado. Seguir a Dios no es suficiente con orar velar y ayunar, también somos mayordomos y nuestro cuerpo es administrado por nosotros para Dios.
Debemos cuidarnos de una enfermedad, debemos tener cuidado de la forma en que hacemos uso de nuestro cuerpo, porque después en una enfermedad le echamos la culpa a Satanás.
Dios no te va a usar si no tienes un cuerpo apto.
¿Qué ganas con la paciencia?
Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.
Lucas 21:19
No vamos a ganar almas si no tenemos paciencia.
Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,
Romanos 15:5
Debemos imitar a Jesucristo Dios es.. Amor, misericordia, gozo, paciencia. Tuvo paciencia con nosotros para llegar a nuestras vidas.
Porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
Hebreos 10:36
Confiamos en que tendremos paciencia por la virtud del Espíritu para afrontar los afanes del mundo.
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
Hebreos 12:1
Esta carrera no es de los 100 metros planos, esto creemos y corremos a toda velocidad nos cansamos y decimos “Señor ayúdame, no puedo más”. No es el que corre más rápido, no. Es con paciencia, paso a paso, peldaño a peldaño.
Paciencia como Bambú Japones
El bambú japonés dura 7 años en la tierra después que se siembra y en todo ese tiempo pareciera que no hace nada. Lo riegan, le acomodan la tierra, lo nutren pero nada… Después de 7 años, en menos de 6 meses alcanza una altura de 30 metros.
Dura 7 años echando raíces profundas, buscando la palabra de Dios, llenándose de presencia. Muchos queremos ser usados pero no tenemos paciencia.
Otro aspecto importante es que el Bambú Japonés si lo cortan puede volver a crecer, así debemos ser… Si te cortan, si hay una situación que te cortó, déjame decirte que vas a volver a crecer. Debemos esperar el tiempo de Dios porque él nos va a usar en su tiempo, él tiene planes de bien y no de mal.
¿Cómo desarrollo Paciencia?

La paciencia es una decisión. Hay que depositar la confianza en Dios, dejar todas las cargas en sus manos, comprender que él va peleando delante de nosotros como poderoso gigante. La paciencia se cultiva.
La paciencia es conocer los límites y los propios límites. Hay cosas que no voy a poder hacer, que no dependen de mí, que no está en mis manos, hay situaciones que deben pasar y solo debemos esperar. Cuando no entendemos esos límites llega la ansiedad.
En medio de la ansiedad clama: “¡Señor ayúdame, lo dejo todo en tus manos!” es lo único que podemos hacer.
Si nos afanamos, agregamos otro problema porque nos podemos enfermar. Otro elemento para desarrollar paciencia es considerar a Jesús, lo que él tuvo que pasar, lo que él sufrió.
La biblia relata una historia en la que Pedro el discípulo estaba en un jardín, se impacientó y le cortó la oreja a uno de los que venía a aprehender al Señor y Jesús le dijo: cálmate está no es tu pelea, yo tengo el control.
Jesús tiene el control de tu proceso, de tu vida, ten paciencia.
Recuerda las promesas del Padre escritas en la Biblia, ahí está tu estabilidad. Recordemos cada palabra, digamos con fe: “todas las cosas nos ayudan para bien”, “la tormenta durará toda la noche pero en la mañana llegar a la alegría”…
¿Cómo tener paciencia con los demás?

Entender que somos imperfectos tú, yo y aquel es importante para tolerar a los demás. Somos imperfectos en el camino a la perfección, cuando entendemos eso nos ponemos en el zapato del otro tenemos misericordia y no pensamos que el otro lo hizo adrede.
Empieza a orar por esa persona que te impacienta. Entiende tus límites, tú no puedes cambiar a nadie pero la palabra si lo puede cambiar, declararle la palabra.
La persona no es el problema, el problema eres tú y cómo lo estás afrontando. Entender y arrepentirse en todo tiempo, todo tiene su tiempo, Eclesiastés 3.
Conozca los botones que hacen que usted explote, tomé nota y empiece a orar. Trabaje en función de eso, conozcámonos a nosotros mismos. Trata a los demás como le gustaría ser tratado. Ama a tu prójimo como a ti mismo.
Semáforo de la paciencia

Rojo: para, detente. Sí estoy demasiado molesto voy a decir o actuar de manera adecuada, párate, tírate al piso, escapa. “Respira amor y exhala paz”.
Amarillo: piensa. Si no puedo pensar es que estoy en rojo, hay que detenerse. Si puedo pensar las cosas o analizar mejor lo que voy a decir para actuar.
Verde: actúa. Cuando estamos en verde Lo más seguro es que tenemos gozo que hay amor en nosotros que podemos actuar.
A veces el señor no nos tiene la bendición pero nos impacientamos y actuamos de tal manera que perdemos la bendición que Dios tiene para nosotros.
- Abraham esperó 25 años, pero su mujer Sara sin paciente creó consecuencias.
- Moisés pero 80 años, pero se impacientó y no puedo ver la tierra prometida.
- Jesús espero 30 años, aunque estaba preparada los 12 no era su tiempo. Él espero su tiempo, ese es nuestro ejemplo.
Centro Cristiano de Avivamiento Rey de Reyes