Por: Clarith Gutiérrez
Mucho tiempo ha pasado desde el hallazgo de las ondas hertzianas, sin duda alguna la radio permitió llegar a los lugares más recónditos, alcanzar a las masas y hoy en día conectar con los oyentes más allá de las redes sociales, ya que este medio de comunicación se convirtió en un acompañante cotidiano de la ama de casa, del conductor, del comerciante y hasta de los jóvenes.
Pero la pregunta es si esta famosa caja cuadrada está a la altura de una sociedad que necesita no solo estar informado sino educarse en valores y en temas de actualidad.
En honor a la verdad la respuesta de quien escribe es un rotundo no y me permito explicar el porqué. Confieso no tener nada en contra de la Ley de Producción Nacional Independiente, esta ha permitido democratizar el alcance de la población al hecho de comunicar siendo protagonistas de sus propias historias.
El detalle consiste en que estar frente a un micrófono requiere cierta preparación, por falta de la misma es frecuente a veces escuchar fallas en la dicción lo que termina afectando la producción y la calidad de cualquier programa.
No hay que olvidar que su función es informar educar y entretener no siempre en el mismo orden pero de gran importancia.
Asumir la responsabilidad de hablar en ella exige conocer incluso hasta ciertos aspectos legales para no caer en errores que puedan repercutir en el normal desarrollo de nuestra actividad laboral.
Es necesario tener en cuenta la influencia y el impacto que puede generar una información que no se trata de la mejor manera, donde no se utiliza un lenguaje adecuado esto debe obligarnos a mejorar cada día, a estudiar, a investigar y a escuchar. Sobre todo en un mundo cada vez mas globalizado que depende de la tecnología la cual avanza a pasos agigantados.
Esto debería ser razón suficiente para preocuparnos y ocuparnos de ser comunicadores que realicen producciones de alto nivel y que puedan ser escuchadas en otras latitudes, donde se demuestre siempre la búsqueda de la excelencia.
No todo el que decide adentrarse en este contexto puede llamarse locutor, para ello son necesarias muchas horas de estudio y aun a pesar de ellas nunca se dejara de aprender, aunque también se presentan casos donde hay personas que tienen una capacidad extraordinaria para hablar.
El compromiso debe ser formar profesionales listos para asumir el reto ya que no solo se trata de lo que decimos sino como lo decimos, por lo tanto es fundamental hacerlo bien.
Obligados están dueños, directores, así como gerentes de programación a que lo expuesto anteriormente se cumpla porque definitivamente es lo que merece el radioescucha.