Por: Líder Mariadny Cabrera
Todas las cosas en esta vida son de Dios y para Dios. Nosotros no somos dueños de nada, de hecho podríamos vernos como administradores de las cosas de Dios.
No es nuestra familia, es de Dios. No son nuestros hijos, son de Dios. No es nuestro Cuerpo es de Dios. No es nuestro tiempo, es el tiempo que Dios nos permitió vivir…
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
1 Pedro 2:9
¿Qué nos permite el Sacerdocio?
El sacerdocio es el poder y la autoridad de Dios… En la vida terrenal, el sacerdocio es el poder y la autoridad que Dios da al hombre por medio de Cristo Jesús para obrar en todas las cosas necesarias para la salvación de los hijos de Dios. Las bendiciones del sacerdocio están al alcance de todos los que reciben el Evangelio.
¿Qué debemos hacer para obtener estos beneficios? Él nos demandará… ¿Que nos demandará?: honra.
Honra: Respeto y buena opinión que se tiene de las cualidades morales y de la dignidad de una persona. Cosa por la que una persona se siente enaltecida y orgullosa.
Solo Dios es merecedor de toda honra. Dios te dio dones y talentos ¿qué hacer con eso? Dios te envió… ¿Lo estás honrando?
¿Qué actitud debemos tener?
Analicemos un texto bíblico donde el Señor le habla a los sacerdotes…
Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos.
Malaquías 1:11
A través de Malaquías el Señor le habla a los sacerdotes encargados de llevar la palabra de Dios, como usted y como yo: grande es mi nombre… Dios es un Dios de honra, no porque él necesita tu honra, sino porque él prueba nuestros corazones.
Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de Jehová, y cuando decís que su alimento es despreciable.
Malaquías 1:12
Esta exhortación es para nosotros los sacerdotes… Quizá diremos “nosotros ¿en qué momento hemos despreciado la mesa de Jehová?”
Bueno te digo que la desprecias cuando faltas al servicio, a los talleres, a la oración, cuando estás en desacuerdo con los líderes estás despreciando la mesa de Jehová... Aunque ya Jesús hizo un sacrificio perfecto, la obediencia es un sacrificio.
¿Qué significa sacrificio?
No nos gusta esta palabra porque es: negarse. Someter a la carne, es renunciar.
Evidencia de eso: pregúntenle a las madres que se desvelan por guardar el sueño de su hijo, ¿acaso eso no es satisfactorio?
Tu jóven, en la universidad cuando se desvelan por un trabajo, ¿acaso no es sacrificar nuestro tiempo? el sacrificio que Dios quiere es tu tiempo…
¿Nos estamos sacrificando por él? ¿estamos velando lo que Dios puso en nuestros corazones?
Habéis además dicho: !!Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová.
Malaquías 1:13
Los sacerdotes deben tener un corazón de servicio… “Qué fastidio sujetarme”, “Que fastidio servir”… El Señor escucha, el Señor ve el tu, actitud, tu adoración.
¿Estas entregando una actitud correcta a Dios? o ¿estás entregando una adoración coja, enferma?
Veamos otras dos historias en la biblia, donde compararemos las actitudes ante las cosas que Dios le dio a estas personas.
Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado,dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom.Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?. Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura.
Génesis 25-29,33
Dice la historia que Esaú estaba cansado… ¿Cuántas veces hemos estado cansado?
Lo que no entendió Esaú es que esa primogenitura era el propósito de Dios para su vida, para su familia, para su descendencia..
Él no sabía cuánto valía por eso La vendió tan barata, porque el que no conoce el valor de lo que Dios le ha dado lo menosprecia.
El cansancio no es malo, el Señor permitió que Elías descansara en el desierto, pero el Ángel le dijo ¡levántate y come porque largo camino te resta!
Levántate que largo camino te resta amigo, amiga que lee este escrito. Largo camino te resta…
Dice más adelante en la historia que Esaú lloró amargamente y clamó… Dios no se va a detener en su propósito, está en nosotros si escogemos el camino de Dios o el del mundo.
La otra historia nos muestra algo diferente…
Pasadas estas cosas, aconteció que Nabot de Jezreel tenía allí una viña junto al palacio de Acab rey de Samaria. Y Acab habló a Nabot, diciendo: Dame tu viña para un huerto de legumbres, porque está cercana a mi casa, y yo te daré por ella otra viña mejor que esta; o si mejor te pareciere, te pagaré su valor en dinero. Y Nabot respondió a Acab: Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres.
1 Reyes 21-1,3
El Señor le había dado una Viña a Nabot. Una viña es algo maravilloso, es un lugar precioso donde se trillan las uvas para hacer vino nuevo.
No sé cuál es tu Viña, no sé cuál es tu ministerio, pero el enemigo lo quiere y te está ofreciendo un huerto de legumbre.
Pero eso no es tu llamado, no es lo que Dios te pidió. Eres apetecible para el enemigo mientras con tu viña estes dando vino nuevo.
Tu tierra no fue hecha para legumbres, tu tierra es fértil y es para dar frutos. El enemigo es astuto y sabe cómo presentarte una falsa oferta. Apetecible a tus ojos, a tu gusto.
Seamos como Nabot: “Guárdeme Jehová de que yo te dé lo que Dios me dio”
Lo que tu Padre te dio, lo que Dios te dio nadie te lo puede quitar… No dejes que las emociones, el placer, las ganas, el deseo, te robe lo que Dios te dio.
Más adelante vemos que Acab se entristeció, se molestó… El enemigo se enoja e insiste, pero si el enemigo insiste usted persiste.
Nabot no negocio, no consultó con sus amigos… Dijo un NO rotundo.
Luego aparece su mujer y el le cuenta, porque el enemigo siempre usa sus aliados, el enemigo sí sabe trabajar en equipo. Nosotros debemos trabajar en equipo.
Dios le dio esa Viña a Nabot, y él la administró para su Gloria, tuvo que ser valiente para hacerlo. Negarse a la petición de un Rey no es cualquier cosa.
También tuvo que levantar grandes muros para proteger su viñedo de los animales que no podía atrapar a simple vista, los animales pequeños… Cuidado con las pequeñas zorras que destruyen el viñedo.
(La amargura, el cansancio, la ansiedad, los celos, las contiendas y otros)
Descansar no es malo, pero cuidado con lo que hacemos cuando “descansamos”…
Analicemos estas dos historias, no pongamos en poco lo que el Señor nos ha dado.
Centro Cristiano de Avivamiento Rey de Reyes Caracas
