Hoy me confrontas con tu palabra. Me expones ante tu verdad. Me desnudas a pesar de mis muchas elaboradas ropas de argumentos para tapar mi pecado.
¡Oh Dios! Muestras tu justicia que es verdadera, pero también tu amor inagotable, pues si me corriges es por qué me amas.
¿Cómo puedo hacer yo para cumplirte? No tengo ni la más mínima idea de cómo lograr agradarte. Soy todo lo contrario de lo que dejaste escrito. Nunca pensé que mis actos aunque con muchos se agracian para ti son aborrecibles.
Ten misericordia de mí Dios altísimo, tú me hiciste y conoces lo más profundo de mi corazón. ¡Ayúdame! No hay nada que no puedas hacer… En siete días ordenaste la tierra oscura y vacía. Ordena mi vida conforme a tu voluntad.
Amén.