La complejidad de la mente humana no puede mirar la simpleza de Dios

Duré mucho tiempo buscando la razón de las cosas, traté de justificar algunas pero otras quedaban en el aire. La lógica no aplica para cosas que pasaban o sentía.

Busqué a Dios desde las religiones y seguía sin entender algunos cosas y otras no. Una se oponía a la otra, pero “¿acaso no es el mismo Dios?”

Una vez escuché a Carl Sagan, el Astrónomo que negó a Dios hasta su muerte decir: “El ser humano es egocéntrico, trata de describir al universo desde su óptica, la tierra no es el ombligo del universo, es parte de él. Si se trata de describir el universo desde esa perspectiva jamás lograremos entenderlo”. Esto aplica para Dios.

Nuestra mente no está hecha para recrear a Dios. Por más libros que leamos, por más tiempo que dediquemos al estudio jamás podremos entender los 5.000.000.000 millones de años de historia que data la raza humana, ¿Por qué entenderíamos a Dios?

Dios está en las cosas sencillas

Les digo la verdad, a menos que se aparten de sus pecados y se vuelvan como niños, nunca entrarán en el reino del cielo.

Mateo 18:3

De esto se ha hablado mucho, pero es como si no se entendiera lo profundo de este edicto de la boca de Dios. Solo los niños pueden ver a Dios por la manera simple de pensar. Un niño se sorprende con un juguete, se entusiasma con un caramelo, se contenta después la peor rabieta, un niño es sencillo.

Muchas veces esperamos la manifestación de Dios de manera sobrenatural, decimos “tengo que ver para creer”, pero ¿Cómo vas ver si no crees?

Dudo mucho que alguna vez logres ver que el cielo se abra en dos y en una escalera mecánica baje un ángel deslumbrante con voz de trueno, se detenga todo a tu alrededor y te diga “YO SOY EL QUE SOY”. Esto puede suceder, Dios hace como quiere, pero es mucho más probable que logres ver a Dios en las cosas sencillas.

Respirar, comer, alimentarse, el amanecer… El atardecer… El aleteo continúo de un colibrí. te has preguntado ¿Qué sostiene el planeta tierra? ¿Qué detiene al Mar en un límite? ¿Qué hay en las profundidades del océano? ¿Qué cantidad de agua cae con la lluvia?

Hay gente que muere bebiendo agua, millones han muerto de Covid-19, usted está en este momento leyendo este mensaje.

En la biblia hay una historia que narra que los Judíos, el pueblo escogido por Dios para recibir al Mesías, no pudo aceptarlo, lo rechazó de hecho. Fueron los religiosos los que conspiraron para matar a Jesús.

La narrativa cuenta que Jesús hizo milagros sorprendentes en todas partes por donde pasó, pero en ese lugar donde estaban ellos “no pudo hacer muchos milagros”, su falta de fe lo limitó, no creían lo que veían, era demasiado simple.

Tenían a Dios en frente y no pudieron verlo

No podían aceptar a Jesús porque tenían un problema de percepción, no cabía en su mente porque ya tenían estructurado un Rey. No podían ver su simpleza con tanto paradigma.

Ellos esperaban a un Mesías, osea uno en especial, a uno bajo sus características, a uno con sus ideas, con la forma que lo tenían idealizado. Así nos sucede, imaginamos al DIos del papelito, del crucifijo, al de las oraciones de la abuela, el de los evangelios, el de los católicos, el Dios en medio de los problemas.

Ellos esperaban a un Rey y vino un Siervo, ellos esperaban a un Libertador y vino uno a crucificarse, ellos esperaban a un Santo y este se sentaba con pecadores, ellos esperaban a uno que juzgará y el vino a perdonar… Era inentendible.

Las cosas no son como nosotros las imaginamos, como esperamos que sean, como creemos que deberían ser, para Dios no hay un deber ser, Él hace como quiere. Nosotros solo podemos ver las cosas de una manera, pero no quiere decir de que esa sea la manera en que deban ser.

Viendo las cosas conforme a su nivel

Literalmente las personas ven las cosas de frente, hacia adelante a la altura del rostro, donde están los ojos. Si volteas a tu lado difícilmente puedas ver las cosas que están abajo o hacia arriba, siempre hay una percepción, existe una variación de acorde a tu ubicación.

Si tú estás parado frente a un elefante verás la trompa, si lo ves desde atrás notarás la cola, si estás parado de lado lo veras diferentes, todo depende de cómo estés parado vas a poder ver las cosas. Se trata de dejar de ver las cosas como las tienes pensadas para que las puedas ver como Dios las hizo

No podremos ver las cosas de Dios aunque las tengamos enfrente si no cambiamos la manera de pensar, debemos ser humildes, aceptar nuestras limitaciones y entonces podremos ver la voluntad de Dios que es buena agradable y perfecta.


No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.

Romanos 12:2 (NTV)

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